Buenos días y… ¡Hasta pronto! Quiero
dejar constancia, a través de mi última reflexión (por ahora) de mi punto de
vista sobre la asignatura de Tendencias
contemporáneas de la Educación en la Facultad de Educación de Ciudad Real,
cuyo objetivo es la buena formación de los alumnos hacia una preciosa profesión: LA DOCENCIA.
A lo largo del curso he ido descubriendo
una asignatura cada vez más atractiva, aunque indudablemente cualquier asignatura
que se corresponda con el mundo de la Educación, nos atrae, aprendemos con
ella, de manera que a lo largo del curso ha dejado de ser un simple trabajo
para convertirse en parte de mí, de mi día a día, de mi vida y de mi futuro.
Inicialmente imaginé que sería como
cualquier otra asignatura en la que habría que estudiar cada tema de memoria, pero
con el paso de las semanas me he ido dando cuenta de que realmente son las
bases de nuestra educación actual,
es cultura general del s. XXI que tenemos que inculcarnos, es información que
realmente está a la orden del día y es fundamental para entender la forma en
que ha ido evolucionando nuestra educación de forma paralela a la
transformación de la sociedad.
Hemos fomentado
la colaboración, el aprendizaje cooperación y nos hemos alimentado de
las reflexiones de los demás, poniendo en debate nuestras ideas de los temas
que hemos tenido que exponer. Lo más importante es que hemos trabajado en grupo
y nuestro maestro nos ha ayudado a realizar las cosas de manera correcta. Pero
no puedo dejar pasar que esta asignatura, además, me ha servido para entender
otras, y completar trabajos y exposiciones. Esto es lo realmente importante:
que una asignatura no se limite a ella misma sino que nos ayude a relacionar
las demás con dichos contenidos. Aquí es donde ponemos en juego nuestras
competencias básicas.
Realmente me he dado cuenta de la
cantidad de horas que le dedicamos a la educación, y si queremos cambiar la
forma de enseñar, como futuros maestros, tenemos la obligación de conocer los recursos,
la metodología y todas las formas de educar que tenemos los maestros para hacer
de la enseñanza una aplicación innovadora y eficaz con el fin de que nuestros
futuros alumnos consigan nuestro objetivo: APRENDER.
Si tuviera que describir esta asignatura
con varias palabras, podría decir que ha sido especial, diferente, innovadora y
creativa. Ha conseguido engancharnos a ella. Hemos conseguido aprender de manera
práctica, sin teorías. El método de aprendizaje ha sido diferente, y realmente
éste nos ha ayudado a que descubramos nuevos métodos para aprender a través de
nuestros conocimientos; desarrollando nuestras propias capacidades.
Gracias a esta asignatura, y sobre todo
a nuestro profesor Jesús González Monroy, he podido ampliar mis conocimientos
sobre la educación y he aprendido nuevas estrategias de enseñanza que ya estoy
aplicando con mis alumnos en las clases particulares. ¡Y funciona! Además,
quiero seguir ampliando mis técnicas y conocimientos sobre este tema, por ello,
os animo a que sigáis formándoos a través de cursos. Yo me he apuntado
recientemente a un curso de “Redes sociales educativas”, es interesante y
deberíais buscar alternativas a la educación formal, para así enriquecer
vuestro conocimiento. ¡Es un consejo! ¡Te ayudará a formarte y a ser mejor en
tu profesión!
El título de mi
reflexión, lo encontré por casualidad caminando por un pueblo de Madrid,
llamado Alcorcón, y pensé: “Esta frase es
perfecta para mi última reflexión” Por consiguiente me gustaría compartirla
con vosotros a través de la siguiente fotografía.
Debemos tener esperanzas
en la educación y por eso os escribo y lo seguiré haciendo, para animaros a
crear una nueva escuela ajustada a nuestra sociedad del conocimiento.