jueves, 9 de mayo de 2013

¿Escolarización o desescolarización?

Trasteando por Internet, tropecé con la siguiente noticia:






     Y me pregunté: "Judith, ¿por qué no te documentas e informas sobre el tema de la desescolarización y le cuentas a todos tus lectores lo que piensas sobre ella?" .Y aquí me encuentro de nuevo ante todos vosotros para contaros lo que es la desescolarización y tratar algunas de sus ventajas y desventajas. Ya sabéis que este tema está abierto para reflexión y podréis decir lo que pensáis particularmente.



Todos sabemos lo que significa “desescolarización” puesto que todos somos, hemos sido o seremos parte de ella. Estoy segura de que todos conocemos a personas, ya sean amigos, familiares o conocidos, que estén desescolarizados. Y no por ello son mejores o peores puesto que ha surgido como un proyecto alternativo a la escuela tradicional del siglo XX, por ser un sistema educativo anticuado. Esto quiere decir, que tiene una función positiva ¿no? debido a su empeño por cambiar la forma de educar a los alumnos, pero no debemos perder de vista que no debe distorsionar el último fin de la educación: la formación integral de la persona.


Tengo que dejar constancia de que aunque la desescolarización pueda tener muchos aspectos positivos, yo sigo poniéndome del lado de la escolarización. Aún así, me resulta de buen ver que os pueda aportar, bajo mi punto de vista, las ventajas e inconvenientes que observo en esta experiencia.

 Para ello voy a comenzar por la parte positiva que, personalmente, aprecio sobre la desescolarización:

En primer lugar y como ventaja más importante es que el alumno va a ser educado por personas cercanas a él. De esto modo, el propio alumno va a percibir la implicación por parte de personas que él considera importantes. Si estas personas se toman muy en serio su educación, él va a ser consciente también de ello y se la va a tomar más en serio. Por el contrario, en la escolarización, el niño acude a una escuela donde lo educan personas ajenas a él y su familia si quiere puede desentenderse de la educación de sus hijos, porque se supone que la escuela ya está para ello. Si el niño ve en su entorno que el colegio es algo de lo que su familia no toma parte, pensará que tampoco tiene que ser importante para él y no se lo tomará del mismo modo.

Otra de las ventajas apreciables con la desescolarización, es que, el niño al ser educado y ayudado por su familia, por personas que le quieren, hace que la forma de aprendizaje sea más natural, más flexible y sin esa presión que te proporciona un maestro o un horario rígido que debes cumplir cada día de forma obligada. Lo que quiere decir, que la desescolarización proporciona mayor libertad al alumno.

He comentado que el alumno será educado por su familia, y por consiguiente será educado en un contexto de calidez, ya que los profesores no te prestan su cariño, sino que se dedican a dar clase. 

Es importante destacar que la relación entre el alumno y el maestro va a ser mayor, por lo tanto, va a tener más libertad para preguntar dudas, pedir ayuda, para fomentar la participación activa… algo muy importante para favorecer los entornos de aprendizaje. De esta manera se podrán evitar pensamientos como: 
Por último, pero no por ello menos importante, tiene la ventaja de poder sacar la escuela fuera del aula cerrada y como consecuencia, poder realizar actividades que ayuden a los alumnos a interiorizar mejor los conocimientos y estar en contacto con más elementos del exterior. Sin olvidarnos de la gran confianza que podemos dedicarle a las nuevas tecnologías, pues han cambiado la vida en nuestra sociedad del s. XXI. 

La desescolarización va a favorecer que el alumno persiga sus propios intereses por ser un tipo de educación más individualizado se le va a atender de forma directa cuando éste tenga alguna dificultad y, por tanto, el aprendizaje va a resultar más eficaz. ¡Se acabó el tratarnos a todos igual!

A raíz de lo anterior, voy a proceder a comentaros las desventajas que para mí obvia la desescolarización: 

En primer lugar, se pueden obviar materias y dar menos conocimientos, haciendo hincapié en lo que el maestro considera más importante Por tanto, este es un inconveniente muy importante ya que estos alumnos estarían en desventaja respecto a los escolarizados. 

Otra es que hay poca planificación y está poco estructurado. Esto puede hacer que el alumno perciba su educación como algo desorganizado y confuso, lo que entorpecería su aprendizaje y no se lograrán establecer unos hábitos fijos. 

Por otra parte, la gente más pobre, no podrá educar de forma correcta si se sigue el modelo de desescolarización. Este es un punto a favor de la escolarización, que garantiza la educación a todos.

No podemos perder de vista el tema de la socialización. Como sabemos, la diversidad genera aprendizaje y en la desescolarización esta diversidad aparece en menor medida.

Como todo, la desescolarización tiene sus aspectos positivos y menos positivos pero puede ser una alternativa interesante una vez llevada a la práctica siempre y cuando se mire por el sujeto principal en este proceso: el alumno. Empecemos a perder el temor por la escasa formación del profesorado para esta situación y ¡pongámonos manos a la obra! Empecemos a ser críticos, y a saber cómo, cuándo y dónde enseñar a nuestros alumnos para garantizar su futuro y su educación.

Termino esta reflexión, aportándoos un video de Illich y su pensamiento de una sociedad desescolarizada:




BIBLIOGRAFÍA:

Galeano, E. (2013). "La escuela del mundo al revés". <http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=7529> . Consulta: [9. 05. 2013]

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